viernes, 30 de noviembre de 2012

Deseando que vengas




Ninguna época del año le gana al Adviento. Aún no ha comenzado y ya estoy deseando que llegue.

¡Cómo necesito que Dios nazca y llene la casa...!Porque no hay mejor forma de contagiar alegría que con un niño que acaba de nacer.

Liberados




"Lo que realmente acabará con la trata de esclavos será la predicación del Evangelio y el establecimiento de la fe en estas olvidadas tierras de África" San Daniel Comboni.

¿Te crees de verdad que el Evangelio es capaz de liberarnos de la esclavitud del miedo, de las apariencias, de la dependencia, de la desilusión, de...?

martes, 20 de noviembre de 2012

Día de la Infancia





Hoy es el Día de la Infancia.

Por todos los niños que no tienen un techo digno,
ni van a la escuela
(o van, pero son invisibles)
por los que no tienen a nadie
(o tienen, pero los tratan como a perros)
por los que no desayunan
(o no almuerza, o no cenan)
por los que trabajan,
por los que abusan de ellos
por los que no son listos,
ni guapos,
ni son nada,
por los que no esperan nada por Reyes,
ni por su cumpleaños
(o esperan y no reciben nada)
por los que escuchan misiles
escondidos debajo de la cama

por todos...

Te pido hoy, Señor.

(la foto es en el "Campo de férias" de Fetais, Lisboa, con las combonianas)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Una hora de oración. Una hora por Israel y Palestina.




Una hora de oración. Una hora por Israel y Palestina.
En casa. En la Iglesia. Solo. Acompañado. Pero una hora.
El jueves 22 de noviembre TODOS estaremos unidos en la oración.

¡DIFUNDE!

viernes, 16 de noviembre de 2012

"Resucitaré en el pueblo salvadoreño"






"El 16 de noviembre de 1989, el cuerpo de élite del ejército salvadoreño, batallón Atlacatl, irrumpió de forma violenta en la comunidad de jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador. Buscaban a un grupo de jesuitas que residían allí para llevar a cabo una ejecución. Querían silenciar la voz de estos jesuitas, que cogiendo el relevo de Monseñor Óscar Romero, asesinado el 23 de marzo de 1980, decidieron continuar dando voz a los más pobres de El Salvador. 

Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Joaquín López y López, Amando López, Juan Ramón Moreno, fueron brutalmente asesinados. Junto a ellos se escondían dos mujeres del pueblo, Elba y Celina Ramos, madre e hija, trabajadoras de la comunidad que se habían refugiado por el toque de queda. Pero las instrucciones eran claras: sin testigos. Aquellos soldados ejecutaron las órdenes recibidas. Fueron asesinados por su compromiso con la justicia y la paz de un pueblo que vivía en guerra, un pueblo oprimido por una oligarquía que explotaba a los campesinos y obreros, con la ayuda del ejército, guardia nacional y escuadrones de la muerte. 

Desde la Universidad Centroamericana denunciaron las situaciones de injusticia y los crímenes que se cometían contra el pueblo salvadoreño. Los poderosos y opresores quisieron silenciar esa voz, pero no lo consiguieron. La voz de la denuncia de la injusticia fue heredada por un pueblo que sigue reconociendo a día de hoy el testimonio que ese grupo de jesuitas dio con su vida. Les arrebataron la vida, pero esa vida regresó al pueblo, continúa presente en la UCA, en las comunidades organizadas, en las instituciones de derechos humanos, en el pueblo sencillo que sigue dando gracias a Dios por la vida de esos mártires que hicieron de sus vidas un evangelio vivo. 

Sin duda alguna, cada uno de ellos puede hacer suya la frase de Monseñor Romero: «Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño.»

Leído en Jesuitas.es



miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un hombre se pregunta




¿Dónde está Dios? Se ve o no se ve.
Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.

De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos,
en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua.
Dios está en el mar y a veces en el templo,
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza,
es verdad que está en todas partes, pero hay que verlo,
sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.

Quédate en silencio,
mírate la cara,
el misterio de que veas y sientas, ¿no basta?
Pasó un niño cantando,
tú lo amas,
ahí está Dios.
Lo tienes en la lengua cuando cantas,
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas dónde está:
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga,
en los ojos lo tienes cuando ríes,
en las venas cuando amas
ahí está Dios en ti,
pero tienes que verlo tú,
de nada vale quien te lo señale,
quien te diga que está en la ermita, de nada,
has de sentirlo tú
trepando, arañando, limpiando las paredes de tu casa:
de nada vale que te diga que está en manos de todo el que trabaja,
que se va de las manos del guerrero,
aunque este comulgue o practique cualquier religión, dogma o rama;
huye de las manos del que reza y no ama,
del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza,
en el hospital, y en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre
que te sucede cuando algo te encanta;
pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia este hombre que se compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquellos, y te empeñas en nada,
si sin porqué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y si sonríes a todos y a todos das gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

Un hombre se pregunta, Gloria Fuertes

sábado, 10 de noviembre de 2012

El TweetCredo



Llega el TweetCredo, un apasionante proyecto de 100 universitarios, profesores y profesionales para transmitir las verdades en las que creemos los cristianos.

Os dejo el video para El Purgatorio...¡que no tiene precio! ;)


Volver con las manos llenas


Volver con las manos llenas
Experiencia misionera verano 2012

Por un momento, mientras estoy ya metida en la universidad e incorporada a la vida cotidiana y su velocidad vertiginosa, miro a mi alrededor. Me detengo a observar a las personas, su forma de comportarse y relacionarse, sus costumbres, sus proyectos, preocupaciones y deseos...y me siento enormemente privilegiada de haber podido conocer lo mismo en una cultura y realidad muy diferente que se encuentra a relativamente pocos kilómetros de nuestro país. 

Esa realidad es la que conocí en Egipto, en mi experiencia en misión con las misioneras combonianas.
Aquel 1 de julio cogí mi avión con las manos vacías y he vuelto con una gran RIQUEZA . La que me ha aportado el encuentro con CADA UNA de las personas durante mis dos meses en la misión.  


Con Rannia y sus amigos navegando por el elegantísimo Nilo en Asuán.


He sido testigo del servicio entregado con amor y dedicación por las misioneras. En todas las comunidades donde he estado, he encontrado unos brazos bien abiertos, dispuestos a acogerme con sencillez y haciéndome sentir bienvenida.

He conocido a muchos jóvenes cristianos y musulmanes que han querido compartir conmigo su visión del mundo, de la vida, que me han explicado sus dudas y miedos así como sus más grandes aspiraciones. Esto para mí realmente no tiene precio, no lo puedo comparar a hacer una visita a las famosas pirámides –aunque sin duda éstas deben valer la pena – ni puedo explicar lo que todo eso me ayudó a abrir mi mente, a mirar al diferente como alguien cercano… Sobretodo después de haber vivido - durante mis primeras semanas-  momentos en los que me sentía desplazada y extraña al no entender el árabe y no poder comunicarme como estoy acostumbrada; al no entender porqué me miraban de aquél modo por la calle o al ver que la gente no comprendía la razón por la que estaba allí.

Con el equipo de enfermería del Ospedale Italiano compartiendo el “fitar”, el desayuno de los musulmanes durante el Rammadán


He visto y tocado la realidad de la comunidad cristiana en un país de mayoría islámica. ¡Qué diferente es vivir como minoría tu religión! La fe de los cristianos egipcios me ha denunciado, pues a pesar de la comodidad, libertad y mayoría en la que vivimos en nuestra sociedad, se me hace cada vez más difícil dar mi experiencia como cristiana y manifestarme abiertamente como tal… Si tuviese más en cuenta los obstáculos e incluso persecuciones que sufren mis hermanos en otros países por defender su fe…Se me acabarían los complejos. 

Otra de las cosas más importantes que he aprendido en esta experiencia es la necesidad que tengo de intimar con el Señor, que es imposible realizar todo lo que he visto por parte de las misioneras, tanto en Mozambique como en Egipto, si no hay una fuerza mayor que las alimente, que las empuje. 

El anuncio del Evangelio en contextos culturales y religiosos como el de Egipto - que adquiere características muy diferentes a las del África negra, por ejemplo,- está basado en las obras. Esto no veo que pueda ser otra cosa que fruto de una relación profunda, de un encuentro real y personal con Jesús, un fruto que interpela a las personas que lo ven -como yo- planteándose la existencia de ese Amor, que va más allá de la solidaridad tan predicada en nuestro mundo; un Amor que es entrega total e incondicional por el otro, por el pobre y el desamparado.


Lucía Fonts

Con la comunidad intercongregacional del Ospedale Italiano, el Cairo





jueves, 8 de noviembre de 2012

A Jesús lo mataron los buenos



‎"La sociedad sólo canoniza a los que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron canonizarlo y por ello lo asesinaron. ¿Quiénes creéis que lo mataron? ¿Los malos? No.

 A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives dormido."  Anthony de Mello,sj.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La amistad con Dios





Inés es una una joven estudiante de Medicina que se ha unido este curso a los encuentros de Jóvenes en Misión. Y aquí nos envía sus vivencias del segundo fin de semana en Madrid...¡Gracias, Inés, por tu entusiasmo y apertura!


Nuestro último encuentro combojoven se celebró en octubre en Madrid.  Empezó con una oración matutina en la que agradecimos a Dios el poder disponer de todo un fin de semana para apartar de nuestras mentes las ocupaciones rutinarias y poder centrar nuestra atención en Él. “Shemá, Israel, escucha pueblo mío. Corrige tu rumbo, vuelve la mirada hacia mí. Hoy me hago el encontradizo contigo”. 

Después tuvimos una catequesis muy interesante sobre Jesucristo y la amistad y un rato de meditación. Para mí este momento fue muy fructífero, puesto que puse mucho empeño en fijarme con atención en cómo Jesucristo había forjado sus relaciones aquí en la Tierra. Porque siendo cristiana el camino que he elegido ha sido seguir a Cristo, ser como Él… ¿y cómo fue Él? Jesús vivió únicamente por su amor a Dios Padre y su amor a la humanidad. Nunca quiso presionarnos, juzgarnos o dominarnos ni fue desconfiado o resentido con nosotros. Vivió acogiendo con amor a los demás, respetándolos y amándolos… “Fijando en él su mirada le amó” (Mc 20,21)… “Viéndola llorar se conmovió profundamente y se echó a llorar” (Jn 11, 33-35)… “Nadie me quita la vida sino que yo la doy voluntariamente” (Jn 10,18). Y es a través de esta amistad de entrega y amor que Jesús entabla con nosotros como nos enseña qué es lo que le hace ser así de maravilloso: su relación con el Padre. Esta es la nueva Evangelización a la que estoy llamada: enseñar a los demás el motor de mi vida -mi fe y mi amor a Dios- amándolos sin condiciones. 

Después de la meditación tuvimos la suerte de disfrutar de una comida estupenda en compañía de las hermanas combonianas y pasear un rato todos juntos. Este fue mi segundo encuentro pero desde el primero me siento muy a gusto en este grupo de jóvenes, pues comparto con todos ellos la alegría y el deseo de hacer crecer nuestra fe, hacer más intensa nuestra luz.  

Por la tarde escuchamos sin perder detalle el testimonio de Lucía -que ha estado este verano de misión en Egipto- y el de la hermana María Rosa, que ha entregado toda una vida a la misión. Y es que “Dios escribe derecho con renglones torcidos”, pues muchas veces escuchando un testimonio de misión tienes la impresión de que el misionero acoge su vocación con amor pero el camino se dificulta, y Dios quiere ponerle obstáculos que no comprendes… Y sin embargo el resultado es siempre satisfactorio, no es torcido sino recto, aunque haya cerrado puertas Dios abre también ventanas, para hacerte más feliz y más fiel.  

Después de cenar celebramos una Vigilia de oración de la Amistad en la capilla. Fue muy familiar e intensa, pues pudimos adorar también al Santísimo expuesto y traerle el recuerdo de nuestros amigos, conocidos, desconocidos y compañeros misioneros o religiosos que sufren injusticias o miserias en el mundo. 


El domingo comenzamos de nuevo el día con una oración (qué bendición esto de comenzar así los días) y después visitamos el Museo Africano Mundo Negro de los hermanos combonianos. En este museo aprendimos muchísimas cosas acerca de la historia de África y el estilo de vida, el arte o el vestir de los diferentes países y pueblos africanos, así como de sus vidas espirituales y sus ritos religiosos. Después celebramos la Eucaristía con el hermano Juan Antonio. Fue una celebración muy recogida y auténtica, donde pudimos compartir las experiencias del fin de semana. 

El encuentro finalizó con la comida en casa de los hermanos combonianos, donde de nuevo Dios pudo hablarnos a través de cada hermano… Porque es lo que va buscando: que centremos nuestra atención en Él, en su “Shemá, Israel”. 

Déjame oír tu voz
Déjame oír tu voz,
que tu palabra resuene en mi interior.
Acalla mi alma y llénala de Ti.
Déjame oír tu voz.

Agradezco sinceramente toda la dedicación y el cariño que una vez más me han mostrado estos hombres y mujeres que se entregan tan maravillosamente a los demás. 

Inés



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